En octubre de 2009, Tomas Escobar creó junto a dos amigos, el portal de internet Cuevana. Se trata de un sitio web en el que se pueden visualizar cientos de películas y series en versión original y subtituladas. Un complemento para el navegador es todo lo que hace falta para aprovechar las maravillas que ofrece esta web. Actualmente tiene más de medio millón de visitas diarias y la cifra crece un 40% cada mes.
Tomás dice que Cuevana “no es sólo ver vídeos, queremos darle más valor. Queremos hacer un acuerdo con los cines, para que el site tenga mayor difusión y trabaje en conjunto con ellos”. “El vacío reglamentario que hay en el país hace que un sitio como Cuevana pueda existir sin trastornos legales”, explica el creador. Sin embargo, aspiran a lograr un acuerdo con los productores para difundir legalmente sus contenidos. “Hoy la tendencia en internet es lo gratuito”. A Tomás y sus socios les gusta pensar que contribuyen a un cambio. Los sistemas legales de pago como Netflix y el propio iTunes Store permiten disfrutar de contenidos en alta definición y a bajo costo. Sin embargo, esos sistemas no han logrado todavía penetrar en el mercado hispano.
La coartada legal de Cuevana (que hasta ahora no recibió ni una denuncia judicial) se basa en que el sitio no descarga ni aloja los contenidos: únicamente funciona como un exhibidor de material.
Este es un ejemplo de cómo evoluciona internet y cómo afecta nuestra vida. La semana pasada el equipo de Dog Comunicación estuvo presente en Ficod. En una de las presentaciones se trató el tema de “Social TV” y su futuro. En esa oportunidad Saverio Mondelli afirmaba que la gente dejará de pagar operadores de cable. Decía que quizás estén dispuestos a pagar por alguna suscripción de video-on-demand, pero no mucho más. A su vez, el contenido exhibido será más diverso. La reducción de costes permitirá producir material para públicos más especializados (debido al costo de tiempo de emisión, hoy sería imposible). También afirmaba que la publicidad deberá estar estratégicamente posicionada, segmentándola para un público acotado, lo que la haría mucho más efectiva y le permitiría aportar valor al espectador. Además, también debe evolucionar (y ya lo está haciendo) en su soporte. El popular “branded content” es un caso de éxito.
Otro cambio importante que se está produciendo es que existe una nueva capacidad de percepción.
No podemos dar respuestas a los nuevos desafíos con soluciones obsoletas. Es necesario adelantarse a lo que viene y, hoy más que nunca, no podemos dar por concluido ningún proyecto, sino que deben evolucionar continuamente.
En resumen, un entorno cambiante, el principio de la economía de la atención al acecho en cada acción, nuevas capacidades de percepción y modelos mentales diferentes y el desafío de satisfacer al consumidor mientras se mantiene la rentabilidad de lo que se produce… todo ello hace necesario reflexionar acerca de cuáles son los modelos de negocio que van a permitir la subsistencia de la industria del entretenimiento. La creatividad ya no es algo de lo que se pueda prescindir.